Trump es un mortal que no está contra el sistema de su país, simplemente tiene información de que el sistema está podrido. Su discurso incendiario lo dirige al norteamericano deshumanizado sin pensamiento crítico que no percibe la ausencia de propuestas racionales.

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La cultura milenaria de los chinos y los persas les permite ver el ocaso de una era donde el imperio no se sostiene ni en lo económico, ni en lo tecnológico, ni en lo militar, por eso los chinos compran y venden más y los persas inventaron hasta un “corta uñas” que pone en jaque al complejo militar industrial.

Es tan obvio este punto, que el Secretario de Defensa nombrado por Trump amenaza al Pentágono con una auditoría, no por ir contra el sistema, sino por comprender que dicha institución es una burocracia parasitaria que masacra pueblos sin dejar plusvalía.

En el neofascismo, los nazis de hoy, quizás de siempre, son los dueños de medios y redes, porque impiden el pensamiento crítico y deshumanizan a los pueblos, son expertos en fabricar esclavos que sienten los latigazos como palmadas en el hombro, son los responsables de la banalidad del mal, como lo advirtió Hannah Arendt.

Con Venezuela no podrá, porque existe un debate político nacional que resiste a esa banalidad, el problema de Maduro será entonces cuán auténtico sea el debate y prevenir de que las autoridades no sufren de “oiditis testicular”, es decir, escuchar y hacerse el “guevón”.

David Medina

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