La relación entre la deuda acumulada de un país y su Producto Interno Bruto PIB, es un indicador esencial para justipreciar la vitalidad financiera de una nación y la capacidad de ésta para manejar su deuda de manera efectiva.

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Una deuda elevada conlleva consecuencias negativas, tales como el incremento de la presión sobre los recursos fiscales (Impuestos) que percibe el gobierno, ya que a mayor carga de las obligaciones se incrementa el peso de los intereses, lo que incide en que el gobierno reconduzca recursos destinados a políticas sociales, al impulso de la economía y al pago de deuda para disminuir el riesgo de incurrir en impago o default.

Observamos, específicamente, que los Estados Unidos de América están confrontando ésta problemática, al paso del último lustro su situación ha ido empeorando. Según estudios y estadísticas económicas elaboradas por especialistas: La deuda del gobierno norteamericano equivalía al 50% de su PIB durante la década de los años 2000, pero actualmente esa relación es del 130% y podría ascender al 225% para el año 2040.

Por tanto, las autoridades de los EUA están obligadas a buscar mecanismos para equilibrar el manejo de la deuda pública y el fomento del crecimiento económico, ya que en los actuales momentos existen serias dudas acerca de la sostenibilidad de las finanzas públicas y la posibilidad de guiar eficazmente su deuda a largo plazo. Es un esfuerzo que deben realizar para evitar el colapso financiero del país en un futuro cercano.

El escenario político que enfrentan los EUA es de gran complejidad, por una parte pretenden aumentar el techo de la deuda, lo que implica imprimir más dinero, lo que acarrea inflación que tratan de neutralizar con el alza de los intereses, pero ello lleva a una menor inversión de los particulares debido a las restricciones del crédito, a su vez, esto conduce a la reducción del consumo, al desempleo y al camino a una recesión económica. El año próximo estará pleno de dificultades, habrá elecciones presidenciales, pudiéndose observar una polarización de las fuerzas a competir, además los diferentes frentes de guerra que demandan atención militar y por ende de recursos, la caída de la productividad, los problemas sociales, la pobreza, la drogadicción, la delincuencia.

Todos estos factores presentan un caldo de cultivo que frente a los países emergentes, hacen que USA se encuentre en desventaja. Desconocemos como reaccionarán en torno a las medidas que tomarán para solventar sus graves problemas, pero como todo gigante herido se convierta en una fiera agresiva, que no teniendo más que perder decida jugarse la carta de la violencia y la agresión sobre el resto del mundo.

Por ello, en lo que respecta a Latinoamérica, debemos estar alertas y prepararnos ante la previsible embestida del gigante, necesitamos unirnos, independientemente de nuestras ideologías, para defendernos de ellos y neutralizar su ataque impetuoso y violento.

Es un enemigo común, que no tendrá piedad, ni compasión con las naciones más débiles a quienes puedan escamotear sus bienes y riquezas para salvarse a sí mismos.

Sin embargo, estamos en presencia de cambios importantes a nivel mundial, las economías de China, Rusia y la India, individualmente están cercanas a la norteamericana. Ahora bien, en forma asociada y nucleada en los BRICS, sumados a los seis países que comienzan su membresía en la organización en enero del próximo año, pudieran impedir o controlar las acciones económicas, políticas e inclusive militares que eventualmente podrían tratar de asumir los EUA contra las naciones más vulnerables.

No obstante es indispensable estar alertas, el próximo año será difícil para los EUA y para nosotros ante una probable ofensiva que aquellos trataran de asumir para tratar de equilibrar su situación.

VENCEREMOS!!!!

 

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