Luego de cinco años del inicio de una escalada agresiva de medidas ejecutivas y coercitivas de Estados Unidos contra Venezuela, habitantes de la nación suramericana expresaron a Xinhua que el pueblo en su conjunto no siente temor ante el incremento de las presiones contra su país.

El señor Raúl González, enfermero de un centro médico venezolano, dijo que “Venezuela tiene más de cinco años aguantando las más fuertes situaciones y las más duras medidas en contra de la economía y la población”.

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“Me parece que el plan de Estados Unidos de hacer que nuestra población cayera rendida como consecuencia de las dificultades, ha fracasado. Nuestra sociedad ha resistido y seguirá resistiendo ante esas sanciones”, aseguró González.

En marzo de 2015, el entonces presidente estadounidense, Barack Obama, firmó una orden ejecutiva en la que declaraba una “emergencia nacional” por considerar a Venezuela una “amenaza inusual y extraordinaria” a la seguridad nacional y a la política exterior de Washington.

De ese decreto ejecutivo se ha desprendido una escalada progresiva y ascendente de medidas unilaterales que ha impuesto el país norteamericano a funcionarios y empresas estatales venezolanas, que han significado pérdidas de miles de millones de dólares a la nación suramericana.

Desde entonces, la población local enfrenta severas consecuencias socioeconómicas derivadas de dichas medidas agravadas por el contexto de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), que impone severos daños a la economía y a la sociedad.

El profesional de la salud también destacó que, como pueblo, han padecido muchas dificultades.

“En algunos momentos hemos sentido que la situación está muy difícil, pero permanentemente hemos sabido aguantar”, agregó.

“Hay algunas máquinas del centro de salud donde trabajo que se han dañado y necesitan repuestos electrónicos importados, que no se han podido comprar como consecuencia de esas medidas de Estados Unidos”, indicó.

No obstante, señaló que “el pueblo de Venezuela ya no le tiene miedo a las presiones que pueda ejercer Estados Unidos en el futuro, porque se ha demostrado que, agrediendo nuestras condiciones de salud, nuestra economía incluyendo a PDVSA (la estatal Petróleos de Venezuela) y a nuestra sociedad toda, no han podido dominarnos como país”.

Entretanto, la señora Irma Jaramillo, ingeniera jubilada y propietaria de una pequeña empresa textil venezolana, dijo a Xinhua que está en contra de cualquier iniciativa que haga daño a la población.

“Cualquier persona puede tener la posición política que desee, pero todos tenemos el deber nacional de oponernos a que otro país tome decisiones que dañan abiertamente a nuestra economía, incluso en medio de una pandemia, eso es algo criminal”, apuntó Jaramillo.

La jubilada precisó que no se puede negar que, por ejemplo, el “embargo” que ejecutó Estados Unidos contra la empresa petrolera venezolana CITGO, con sede en Houston, Estados Unidos, se trató de un acto contrario a las leyes internacionales y al derecho básico internacional.

“No es posible que las diferencias entre gobiernos incluyan que a todo un país le roben una empresa estratégica, eso es despreciable y es agresivo”, puntualizó Jaramillo.

Señaló que en Estados Unidos no se dan cuenta que esas presiones no funcionan en Venezuela: “Aquí estamos dispuestos a resolver nuestras situaciones entre nosotros mismos, sin imposiciones, a pesar de que hagan cualquier tipo de presión”, aseguró.

Por su parte, el analista internacional Néstor Rivero consideró que “Venezuela no tiene temor ante las medidas de Estados Unidos, tiene conciencia de resistencia y conciencia de la dificultad que crean las medidas unilaterales”.

Rivero apuntó que “lo que hace Estados Unidos es contrario al derecho internacional porque actúa al margen de la Organización Mundial de la Salud, de la Organización Mundial del Comercio, de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y en contra de todos los organismos auxiliares de las Naciones Unidas”.

Explicó, además, que “Washington chantajea a las empresas que hacen negocios con Venezuela, privándoles de hacer transacciones con Estados Unidos”.

Dijo que, en consecuencia, muchas empresas se abstienen de venderle cualquier cosa a Venezuela por miedo a perder su mercado en Estados Unidos.

El analista manifestó que la agresión sistemática del gobierno estadounidense ha venido incrementándose en los últimos meses, a pesar de que el mundo está padeciendo una pandemia que afecta a buena parte de la población mundial.

Relató que los daños económicos y sanitarios que causa Estados Unidos a Venezuela no tienen precedentes históricos, pues el despojo de sus recursos en el extranjero y el bloqueo de operaciones financieras hacen muchísimo daño a una población que se defiende en el contexto de una pandemia.

Dado lo anterior, Rivero tildó de “criminal” la agresión sistemática de la Casa Blanca contra su país.

Precisó que la industria petrolera venezolana, como principal sustento del país, se encuentra con importantes obstáculos en el mercado internacional por acción de Estados Unidos, con lo cual se producen severos daños a todo el aparato económico de la nación y a los derechos de la población.

Colaboración de Spanish. xinhuanet. com

 

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