El desarrollo de los países BRICS+ obedece a una profunda lógica histórica derivado del fin del colonialismo en el siglo pasado. Durante los últimos setenta años, a pesar del sistemático estrangulamiento que han sufrido por motivo de las políticas comerciales y financieras neocoloniales del Occidente, el mundo mayoritario ha seguido una trayectoria de progresivo desarrollo. En este nuevo siglo, desde la crisis financiera de 2008-2009, Estados Unidos y sus aliados han actuado de una manera cada vez más contraproducente y con cada vez mayor agresión contra los países capaces de promover el desarrollo humano de sus pueblos de una manera independiente y soberana.

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Entre las agresiones preferidas de las élites gobernantes occidentales ha sido el abuso de su control del sistema financiera internacional. Es larga la lista del robo y secuestro financiero por Estados Unidos y sus aliados del patrimonio nacional de los gobiernos que defienden su soberanía. Los ejemplos más notorios incluyen la congelación de decenas de miles de millones de dólares de la República Islámica de Irán, el secuestro de más de cien mil millones de dólares del fondo soberano de la Jamahiriya libia, más de dos mil millones en dólares y oro de Venezuela además del robo de sus aviones y empresas como CITGO, y la congelación de más de US$300 mil millones de la Federación Rusa. De esta manera los gobiernos de Estados Unidos y sus países satélites ocupan su sistema financiero como una esfera más de su agresión criminal contra el mundo mayoritario sin tener que desplegar directamente su fuerza militar.

Otro aspecto del impacto negativo del sistema financiero occidental en el mundo mayoritario es el estatus de moneda de reserva del dólar estadounidense. Desde 1945 la mayoría del comercio internacional se ha hecho en dólares estadounidenses y las tasas de interés internacionales se han regido de manera desproporcionada por el tipo de interés aplicado por el banco central de Estados Unidos, la Reserva Federal. Así que las alzas en el valor del dólar estadounidense o en el tipo de interés en Estados Unidos pueden imponer en las economías vulnerables, de una manera completamente injusta, situaciones de mayor endeudamiento y hasta impago, por motivos que no tienen que ver directamente con la economía del país afectado, como pasó en América Latina en la llamada “década perdida” de los años 1980s.

Este realidad financiera internacional sigue facilitando el sometimiento neocolonial de los gobiernos vulnerables alrededor del mundo a los dictados del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Entonces, hay fuertes incentivos para los países del mundo mayoritario de liberarse del sistema financiero occidental. El grupo de países BRICS+ está al frente de las iniciativas internacionales con ese objetivo. En 2015 el grupo BRICS confirmó el establecimiento del Nuevo Banco de Desarrollo y el Acuerdo de Reserva de Contingencia como alternativas al Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Estas instituciones no han tenido el nivel de impacto tan positivo que se esperaba, pero la ampliación del grupo BRICS necesariamente implica mayor desarrollo de estas y otras instituciones tan importantes para el desarrollo exitoso de los países miembros. En los últimos cinco años el Nuevo Banco de Desarrollo ha incorporado como miembros Emiratos Árabes Unidos, Bangladesh, Egipto, Uruguay y, este año, Argelia.

Así que el fenómeno del grupo de países BRICS+ tiene que ver con mucho más que una progresiva histórica convergencia económica global entre los países ricos y el mundo mayoritario liderado por la República Popular China. Hay muchas expectativas de nuevos resultados positivos de la próxima cumbre del grupo de diez países BRICS+ en el próximo mes de octubre en la ciudad de Kazan en Rusia. Entre otras cosas se espera la integración de nuevos países miembros, pero también el anuncio de un robusto y moderno sistema de pagos transfronterizos, independiente del sistema financiero occidental dominado por Estados Unidos. Se trata de una iniciativa esencial para profundizar la democratización del sistema económico mundial y emancipar el mundo mayoritario de la aplicación criminal de medidas financieras coercitivas unilaterales impuestas por las élites gobernantes norteamericanas y europeas.

Es interesante notar que algunos voceros de los países de BRICS+ descuentan la idea que el desarrollo del grupo se dirige contra los países del Occidente. Por ejemplo, Anil Sooklal, embajador a BRICS de Sudáfrica ha comentado, “(Aunque) comerciar en monedas locales es firmemente en la agenda, nuestra agenda de BRICS no incluye ninguna llamada para la desdolarización. Es una realidad que el dólar seguirá siendo una moneda global importante.” El medio Sputnik reporta que Samip Shastri vicepresidente de la Cámara de Comercio e Industria de grupo BRICS piensa que el volumen de uso de las monedas nacionales por los países del BRICS+ ya superó el volumen de uso de los dólares estadounidenses. Shastri comentó “Usar el dólar lleva a gastos adicionales, que se eliminan cuando se paga directamente en rublos o rupias.”

Los comentarios de estos representantes de Sudáfrica y de la India sugieren que se trata exclusivamente de un tema económico. Luego de su visita a China en mayo de este año, el Presidente Putin notó. “Al socavar la confianza en el dólar por razones políticas, las autoridades estadounidenses están debilitando el instrumento principal, más poderoso e importante de su poder: el dólar mismo.” Incluso el presidente Vladimir Putin comentó en el Foro Económico Oriental en Vladivostok hace poco que “No fue Rusia que rechazó cancelar las transacciones en dólares, sino que se le prohibió esa opción.” En una entrevista reciente, la posición rusa se presentó detalladamente por el Viceministro de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia, Sergey Ryabkov, principal coordinador de Rusia para la reunión de octubre en Kazan.

El Viceministro Ryabkov explicó, “La desdolarización se está convirtiendo en una tendencia global. Los países BRICS, así como varios otros, apuntan a disminuir su dependencia del dólar estadounidense, lo que se debe a la creciente desconfianza en la confiabilidad del sistema financiero occidental, que Washington y sus satélites europeos están utilizando cada vez más como un instrumento de chantaje e imponiendo su voluntad política. La creación de una infraestructura independiente de pago y liquidación resistente a la presión de las sanciones es un elemento clave para fortalecer la autonomía y la soberanía financiera de los países BRICS.

En este sentido, en la cumbre de los BRICS en Johannesburgo, se instruyó a los ministros de finanzas y jefes de bancos centrales de los Estados BRICS para que resolvieran cuestiones relacionadas con el uso de monedas nacionales, instrumentos de pago y plataformas en transacciones comerciales mutuas… Por ejemplo, se ha presentado a los socios para su consideración un borrador de plataforma multilateral para pagos transfronterizos para el acceso equitativo de todos los países BRICS a los instrumentos financieros disponibles con un alto nivel de protección de los mensajes financieros transmitidos y costos mínimos, incluido el uso de herramientas innovadoras.”

Esta preocupación de parte de Rusia se comparte por países que han solicitado entrar a los BRICS. En años recientes, el Primer Ministro de Malasia, Anwar Ibrahim ha sido uno de los protagonistas principales de la causa de los países del mundo mayoritario y para superar los dobles raseros aplicados por los poderes occidentales. El Primer Ministro Ibrahim comentó al medio Bloomberg en junio de este año “Algunos de nosotros, incluida mi persona, pensamos que es necesario encontrar soluciones a la injusta arquitectura financiera y económica internacional… entonces, los BRICS probablemente serían una de las formas de equilibrar algunas cosas.”

Por su parte la compañera Viktoria Panova, quien coordina un consejo de asesores a la presidencia pro tempore de Rusia de los BRICS para 2024, afirmó que el enfoque principal de la próxima cumbre en Kazan sera la implementación de un sistema unificado de pagos. Vale la pena notar que el comercio entre los países miembros de los BRICS aumentó un 56 por ciento entre 2017 y 2022 para alcanzar más de US$614 mil millones al año, lo cual hace todavía más urgente un sistema financiero moderno capaz de responder al futuro aumento de comercio dentro de los países del grupo. Este proceso se acompaña con iniciativas asociadas que promueven la digitalización de las monedas nacionales.

Por ejemplo el Banco Central de Rusia ha orientado a los bancos rusos más grandes facilitar a sus clientes, a no más tardar el primero de julio del próximo año, transacciones por medio de un rublo digital. Esta moneda digital tomará la forma de una ficha mantenido en carteras digitales en una plataforma dedicada manejado por el Banco Central y será una forma alternativa de la moneda nacional. Hay que tomar en cuenta que una encuesta mundial de la ONU sobre cómo facilitar el llamado Comercio Sin Papel sugiere que el uso de monedas digitales puede cortar en un 40% el costo de las transacciones comerciales.

Los diferentes países también exploran otras maneras de agilizar su comercio bilateral. Las autoridades de la India y de la Federación Rusa están valorando el uso de un tipo de cambio dinámico para abrir un mercado en rublos y rupias con el objetivo de facilitar mayor uso del saldo de las rupias que se ha acumulado como resultado del auge comercial entre la India y Rusia desde febrero 2022. Los bancos rusos que han facilitado transacciones comerciales con la India tienen fondos acumulados en cuentas de rupias en el sistema bancaria de la India porque las exportaciones rusas a la India han sido mayores que las importaciones de la India a Rusia. El problema ha sido que normalmente es necesario usar el dólar estadounidense como moneda de referencia para convertir entre las monedas nacionales.

Con Rusia excluida del sistema financiera occidental, se requiere un mecanismo alternativo para resolver la acumulación de rupias a favor de las empresas rusas. Este tipo de mecanismo requiere la intervención de los respectivos bancos centrales para manejar el intercambio de divisas. Una posibilidad que se está valorando es que se permite a las empresas rusas que han acumulado rupias, pero que prefieren tener rublos, a comprar instrumentos financieras del gobierno de la India o acciones por medio de las bolsas de valores en la India y hacer trueques con inversionistas rusas en la India en cambio por rublos.

Es este tipo de problema resultado de mayor comercio bilateral entre los países del BRICS+ que hace imperativo no solamente el desarrollo de un robusto sistema independiente de pagos transfronterizos, sino también una plataforma capaz de facilitar las transacciones digitales para simplificar y reducir los costos de las complejas interacciones empresariales que caracterizan el comercio internacional. Esta es una prioridad común entre las diferentes jurisdicciones regionales del mundo. Diversas instituciones financieras occidentales y asiáticas han avanzado bastante en el desarrollo exitoso de los sistemas de pagos digitales.

El Banco Central de Tailandia junto con la Autoridad Monetaria de Hong Kong iniciaron el proyecto mBridge que luego ha recibido la colaboración de los bancos centrales de China y los Emiratos Arabes Unidos. En Occidente, el Banco de Pagos (BIS por sus siglas en inglés) con sede en Basel, Suiza supervisa los bancos centrales que participan en el sistema financiero occidental. El BIS coordina su Proyecto Agora para cancelar y compensar pagos transfronterizos digitales con las autoridades monetarias de Francia, Japón, Corea del Sur, México, Suiza, Inglaterra y Estados Unidos. Algunos observadores sugieren que el Proyecto Agora y sus iniciativas asociadas representan una ambiciosa contra-medida para adelantarse ante el nuevo sistema de pagos en desarrollo por los países BRICS.

Mucho comentario sobre el tema hace la conexión entre un nuevo sistema de pagos de los países BRICS y una nueva moneda común. Algunos mencionan una iniciativa llamado “La Unidad” lo cual supuestamente sera posible emitir de manera descentralizada pero regulado a nivel nacional y regional y sera compatible con las transacciones financieras tradicionales y las transacciones digitales. El valor de “La Unidad” se basa en 40% del valor del oro y 60% en una canasta de monedas de los países BRICS+ para diferenciarlo de los criptomonedas convencionales. Queda a ver el futuro de este tipo de iniciativa en la práctica, pero tiene elementos importantes para el futuro desarrollo de un nuevo sistema monetario para los países BRICS+. De todas maneras, el desarrollo de nuevos sistemas de pagos internacionales es una tendencia inevitable en el contexto del desarrollo contemporáneo tecnológico de sistemas de inteligencia artificial.

Un concepto clave para el desarrollo futuro de estos sistemas es la llamada tokenización de activos que permite nuevas maneras de valorar y comercializar los activos de los mercados financieros tradicionales. Se propone adaptar la tecnología de cadenas de bloque, que se ha usado para desarrollar el uso exitoso de las criptomonedas y las llamadas monedas-estables, y usar fichas digitales (“tokens” en inglés) para representar activos de todo tipo, desde los bienes y raíces hasta la propiedad intelectual, en las transacciones registradas y verificadas en las cadenas de bloques. La novedad de estas fichas digitales es que se propone que serán programables, divisibles y transferibles, para permitir la propiedad fraccionaria, facilitar mayor liquidez y la transferencia más fácil de los activos.

Un concepto integral al desarrollo de estos nuevos sistemas de transacciones financieras digitales es la implementación de los llamados contratos inteligentes que son programas que pueden ser integrados en las transacciones digitales y en los sistemas de tokenización.

Son contratos que ejecutan los términos de un contrato de manera automática una vez que se confirma el cumplimiento de ciertas condiciones estipuladas en el contrato. Por supuesto, este tipo de desarrollo de la tecnología financiera presenta enormes desafíos para su debida regulación legal y para el diseño de la legislación correspondiente, especialmente para proteger las y los inversionistas y consumidores en el aspecto de la ciberseguridad.

El complejo aspecto legal normativa explica el relativamente lento desarrollo del despliegue práctica de estas técnicas innovadoras a nivel internacional. Por ejemplo, las normas que rigen los activos representados por fichas digitales deben de estar consonantes con las normas que se aplican a los activos convencionales. Esto quiere decir que será imprescindible la coordinación reguladora dentro de y entre las diferentes jurisdicciones internacionales para evitar actividades ilícitas y la explotación de diferencias entre las jurisdicciones reguladoras. Así que la coordinación reguladora requiere marcos legales por lo menos compatibles o, si fuera posible, estandarizados entre sí, los cuales pueden ser traducidos de manera exitosa a los algoritmos que se ocupan en los sistemas digitales para generar información confiable y garantizar un manejo seguro de los datos.

Estas iniciativas también presentan significativos retos en su aspecto contable. Requieren decisiones fundamentales sobre el tipo de libro contable digital en que se debe de mantener el registro y control de las transacciones. Se trata de elegir entre un libro contable digital unificado o un libro contable digital distribuido, como se ocupa en los sistemas de criptomonedas y monedas-estables. En teoría, los libros digitales contables unificados, que simplifican el manejo de las cuentas, pueden ser combinados con los programas de análisis definidos por los usuarios, los cuales ocupan la tecnología de los bases de datos multidimensionales del tipo llamado Procesamiento Analítico en Línea (OLAP por sus siglas en inglés).

Los libros contables digitales permiten la integración de monedas convencionales en la misma plataforma con activos representados por fichas digitales, lo cual permitirá nuevos tipos de interacción económica. Vale la pena notar que un libro contable digital unificado no es necesariamente un libro contable centralizado, porque múltiples libros contables digitales pueden coexistir interconectados por medio de interfaces programables, en dependencia de las normas que prevalecen en las diferentes jurisdicciones internacionales. Se argumenta que estas características ofrece ciertas ventajas sobre los tipos de libros contables digitales distribuidos.

En este momento hay muchos aportes en desarrollo sobre las futuras formas del dinero. Todos investigan las características técnicas, comerciales y legales necesarias para garantizar la cancelación final exitosa y satisfactoria de las monedas nacionales en todas los diferentes tipos de transacción financiera. Por ejemplo los proyectos occidentales de la Red de Responsabilidad Regulada y su proyecto asociado de la Red de Liquidación Regulada tratan de desarrollar un modelo adecuado para regular las transacciones de las grandes empresas financieras occidentales y los bancos centrales. Para los bancos centrales es un área de especial importancia, lo cual explica la proliferación de proyectos parecidos al proyecto mBridge por los diferentes bancos centrales alrededor del mundo.

En el ámbito del grupo de los países BRICS+ se ha planteado los proyectos Puente BRICS y BRICS Pagos. Es difícil encontrar en la literatura una explicación definitiva de la diferencia entre los dos sistemas y hay más información clara en relación al sistema BRICS Pagos. BRICS Pagos es una iniciativa lanzada en 2018 por el Consejo de Comercio de BRICS para ofrecer un mecanismo confiable, eficiente y sencillo para los pagos internacionales. Se propone implementar BRICS Pagos basado en la colaboración entre los gobiernos nacionales y sus respectivos sectores privados con los principios fundamentales de la descentralización, la interoperabilidad, la equidad y la inclusividad.

El sistema ofrece una operación responsable, eficiente y segura con alta transparencia y sostenibilidad a largo plazo. Facilita la conversión eficiente entre los diferentes formatos de mensajería financiera como el occidental SWIFT, el sistema ruso SPFS y el sistema chino CIPS, entre otros,. La cancelación de pagos entre las autoridades monetarias de los países miembros se hará por medio de las monedas digitales al por mayor, conforme con los principios de intercambio correspondientes. Queda a cada país miembro decidir si los centros de cancelación y compensación serán por medio de los bancos privados o de sus respectivos bancos centrales.

En cambio, el sistema Puente BRICS parece empeñado en crear una plataforma digital ambicioso, capaz de asimilar el uso de la tokenización y los contratos inteligentes. Queda a ver cual será la propuesta que se presenta en la cumbre de los países del BRICS+ en Kazan en Rusia hacia el fin de octubre. Una pregunta fundamental es si o no las instituciones financieras, especialmente el Nuevo Banco de Desarrollo, están a la altura del desafío que los dirigentes de sus países miembros han asumido para implementar de manera exitosa el nuevo sistema de pagos y su plataforma digital correspondiente.

De todas maneras, con o sin la implementación exitosa a corto plazo de estos complejos sistemas innovadores digitales, la relativa importancia e influencia de las instituciones financieras occidentales seguirá disminuyendo. Las y los protagonistas más importantes de las economías grandes del mundo mayoritario van a seguir aumentando el volumen de las transacciones comerciales y financieras en sus propias monedas nacionales. Este proceso representa una profunda democratización de la economía internacional que permitirá a las naciones soberanas acabar con la interferencia neocolonial de los poderes imperialistas en sus economías y avanzar con mayor confianza y seguridad en el desarrollo humano de sus pueblos.

* Este artículo resume información técnica recogida de diversos sitios web que especializan en la materia.

Stephen Sefton