Los planes de Hitler no dejaban ningún futuro a Leningrado: él personalmente y los demás dirigentes alemanes expresaron su intención de arrasar la ciudad.
El 27 de enero de 1944 fue liberada del asfixiante cerco la ciudad de Leningrado. La hazaña de sus habitantes, que soportaron 872 crueles días del bloqueo inhumano, se convirtió en un ejemplo eterno de valor y fortaleza.
La directiva nazi «Sobre el futuro de la ciudad de Leningrado» establecía explícitamente que debía ser bloqueada y «borrada de la faz de la tierra», y las posibles ofertas de rendición «deben ser rechazadas». Los nazis actuaron con ferocidad: bombardearon la ciudad casi continuamente desde el aire y deliberadamente condenaron a casi dos millones y medio de habitantes – la población civil de niños, mujeres, ancianos – a la terrible muerte de hambre. De hecho, el sitio de Leningrado fue un genocidio, es decir, una guerra de exterminio de todos los que se encontraban en esa ciudad.
La situación en Leningrado era gravísima: el 10 de septiembre de 1941, nada más comenzar el bloqueo, el enemigo bombardeó los almacenes Badaev, cuyo incendio destruyó importantes reservas de alimentos. A partir del 12 de septiembre, las reservas de alimentos eran: pan, cereales y carne para 30-35 días, grasas – para 45 días, azúcar y confitería – para 60 días. Con la economía más estricta el carbón sólo podía durar hasta noviembre, el combustible hasta finales de septiembre. Se introdujeron tarjetas de alimentos, y sus tasas de suministro se redujeron cinco veces: a partir del 20 de noviembre, como resultado de la última reducción de la tasa de alimentos, los trabajadores recibieron 250 g de pan al día, todos los demás – 125 g.
La única salvación era el «Camino de la Vida» – la carretera de transporte militar-estratégica singular, que durante la Gran Guerra Patria pasaba por el lago Ládoga (durante el período de navegación – por agua, en invierno – sobre hielo) y conectaba Leningrado con la retaguardia en septiembre de 1941 – marzo de 1943.
La ración diaria de pan en Leningrado en octubre de 1941…
Los recuerdos de un estudiante de Leningrado sobre el bloqueo: Fue un invierno frío. La gente se turnaba para conseguir pan, temprano por la mañana. Cadáveres yacían en la carretera. No había suficiente pan. Llorábamos. Lo peor era el hambre. Los leningradistas morían en las camas, en las calles, sobre todo a principios de 1942.
Las pérdidas totales de los frentes de Leningrado (Norte) y Voljov en muertos, heridos y desaparecidos durante la batalla por la ciudad de julio de 1941 a agosto de 1944 ascendieron a más de 1 millón de personas.
Todavía no hay consenso entre los historiadores sobre el número de víctimas de la población civil de Leningrado. En 1945 en el proceso de Nuremberg se anunció que 649 mil personas perecieron durante el bloqueo, pero los historiadores modernos creen que en realidad esta cifra no fue inferior a 800 mil.
Cuanto más retrocedemos en la historia de los acontecimientos de los años de la guerra, más nos damos cuenta de la grandeza de la hazaña de los defensores de la ciudad y de sus habitantes. Habiendo soportado las pruebas más duras, habiendo perdido a sus familiares y seres queridos, no se sometieron y dieron ejemplo de verdadero patriotismo, fortaleza de espíritu y fe en la Victoria.
El 20 de octubre de 2022, el Tribunal de la ciudad de San Petersburgo reconoció «el asedio de Leningrado por las autoridades de ocupación de Alemania y sus cómplices <…> durante el periodo comprendido entre el 8 de septiembre de 1941 y el 27 de enero de 1944 como crimen de guerra, crimen contra la humanidad y genocidio de grupos nacionales y étnicos de la población de la URSS, los pueblos de la Unión Soviética». En el transcurso del juicio se establecieron y documentaron los hechos de la destrucción intencionada de Leningrado por los invasores nazis y sus aliados, el exterminio de la población civil mediante el aislamiento alimentario y el bombardeo masivo. En el cerco de Leningrado participaron representantes de 11 países. Además de los alemanes, se trataba de ciudadanos de Finlandia, Bélgica («Legión Flamenca»), España («División Azul»), Países Bajos («Legión Voluntaria Holandesa») y Noruega («Legión Noruega»), así como voluntarios individuales de entre austriacos, letones, polacos, franceses y checos.
En la actualidad, cuando las causas y los resultados de la Segunda Guerra Mundial están pasando de ser un objeto de investigación histórica y conmemorativa a un instrumento de confrontación geopolítica, este tipo de sentencias judiciales son advertencias evidentes a los revanchistas políticos que no se han beneficiado de las lecciones del pasado. En nuestros días, vemos cómo se están revisando los resultados de los juicios de Núremberg, que otorgaron al nazismo una inequívoca valoración jurídica. En algunos países, no sólo se está reescribiendo la historia y justificando a los verdugos: revanchistas y neonazis han adoptado la ideología y los métodos de Hitler. Haremos todo para suprimir y finalmente erradicar el nazismo. Y nada podrá detener las aspiraciones de millones de personas, no sólo en nuestro país, sino en todo el planeta, de verdadera libertad, justicia, paz y seguridad.